sábado, 26 de julio de 2008

Siempre en el corazón de los trabajdores



Día del Trabajador - Plaza de Mayo

1º de Mayo de 1952

Mis queridos descamisados:

Otra vez estamos aquí reunidos los trabajadores y las mujeres del pueblo; otra vez estamos los descamisados en esta plaza histórica del 17 de octubre de 1945 para dar la respuesta al líder del pueblo, que esta mañana, al concluir su mensaje dijo: "Quienes quieran oír, que oigan, quienes quieran seguir, que sigan". Aquí está la respuesta mi general. Es el pueblo trabajador, es el pueblo humilde de la patria, que aquí y en todo el país está de pie y lo seguirá a Perón, el líder del pueblo, el líder de la humanidad, porque ha levantado la bandera de redención y de justicia de las masas trabajadoras; lo seguirá contra la opresión de los traidores de adentro y de afuera, que en la oscuridad de la noche quieren dejar el veneno de sus víboras en el alma y en el cuerpo de Perón, que es el alma y el cuerpo de la patria. Pero no lo conseguirán como no han conseguido jamás la envidia de los sapos acallar el canto de los ruiseñores, ni las víboras detener el vuelo de los cóndores. No lo conseguirán, porque aquí estamos los hombres y las mujeres del pueblo, mi general, para custodiar vuestros sueños y para vigilar vuestra vida, porque es la vida de la patria, porque es la vida de las futuras generaciones, que no nos perdonarían jamás que no hubiéramos cuidado a un hombre de los quilates del general Perón, que acunó los sueños de todos los argentinos, en especial del pueblo trabajador.

Yo le pido a Dios que no permita a esos insectos levantar la mano contra Perón, porque ¡guay de ese día! Ese día, mi general, yo saldré con el pueblo trabajador, yo saldré con las mujeres del pueblo, yo saldré con los descamisados de la patria, para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea peronista. Porque nosotros no nos vamos a dejar aplastar jamás por la bota oligárquica y traidora de los vendepatrias que han explotado a la clase trabajadora, porque nosotros no nos vamos a dejar explotar jamás por los que, vendidos por cuatro monedas, sirven a sus amos de las metrópolis extranjeras; entregan al pueblo de su patria con la misma tranquilidad con que han vendido el país y sus conciencias; porque nosotros vamos a cuidar de Perón más que si fuera nuestra vida, porque nosotros cuidamos una causa que es la causa de la patria, es la causa del pueblo, es la causa de los ideales que hemos tenido en nuestros corazones durante tantos años. Hoy, gracias a Perón, estamos de pie virilmente. Los hombres se sienten más hombres, las mujeres nos sentimos más dignas, porque dentro de la debilidad de algunos y de la fortaleza de otros está el espíritu y el corazón de los argentinos para servir de escudo en defensa de la vida de Perón.

Yo, después de un largo tiempo que no tomo contacto con el pueblo como hoy, quiero decir estas cosas a mis descamisados, a los humildes que llevo tan dentro de mi corazón que en las horas felices, en las horas de dolor y en las horas inciertas siempre levanté la vista a ellos, porque ellos son puros y por ser puros ven con los ojos del alma y saben apreciar las cosas extraordinarias como el general Perón. Yo quiero hablar hoy, a pesar de que el general me pide que sea breve, porque quiero que mi pueblo sepa que estamos dispuestos a morir por Perón y que sepan los traidores que ya no vendremos aquí a decirle "presente" a Perón, como el 28 de septiembre, sino que iremos a hacer justicia por nuestras propias manos.

Hay mucho dolor que mitigar; hay que restañar muchas heridas, porque todavía hay muchos enfermos y muchos que sufren. Lo necesitamos, mi general, como el aire, como el sol, como la vida misma. Lo necesitamos por nuestros hijos y por el país en estos momentos inciertos de la humanidad en que los hombres se debaten entre dos imperialismos; el de derecha y el de izquierda, que nos llevan hacia la muerte y la destrucción. Y nosotros, un puñado de argentinos, luchamos junto con Perón por una humanidad feliz dentro de la justicia, dentro de la dignificación de ese pueblo, porque en eso reside la grandeza de Perón. No hay grandeza de la Patria a base del dolor del pueblo, sino a base de la felicidad del pueblo trabajador.

Compañeras, compañeros: Otra vez estoy en la lucha, otra vez estoy con ustedes, como ayer, como hoy y como mañana. Estoy con ustedes para ser un arco iris de amor entre el pueblo y Perón; estoy con ustedes para ser ese puente de amor y de felicidad que siempre he tratado de ser entre ustedes y el líder de los trabajadores.

Estoy otra vez con ustedes, como amiga y como hermana y he de trabajar noche y día por hacer felices a los descamisados, porque sé que cumplo así con la Patria y con Perón. He de estar noche y día trabajando por mitigar dolores y restañar heridas, porque sé que cumplo con esta legión de argentinos que está labrando una página brillante en la historia de la Patria. Y así como este 1º de mayo glorioso, mi general, quisiéramos venir muchos y muchos años y, dentro de muchos siglos, que vengan las futuras generaciones para decirle en el bronce de su vida o en la vida de su bronce, que estamos presentes, mi general, con usted.

Antes de terminar, compañeros, quiero darles un mensaje: que estén alertas. El enemigo acecha. No perdona jamás que un argentino, que un hombre de bien, el general Perón, esté trabajando por el bienestar de su pueblo y por la grandeza de la Patria. Los vendepatrias de dentro, que se venden por cuatro monedas, están también en acecho para dar el golpe en cualquier momento. Pero nosotros somos el pueblo y yo sé que estando el pueblo alerta somos invencibles porque somos la patria misma.

martes, 1 de julio de 2008

34 AÑOS COMO INMORTAL
























LOS TRABAJADORES ARGENTINO JAMÁS TE OLVIDARAN

"Compañeros: hoy, hace veintiún años que en este mismo balcón, y con un día luminoso como el de hoy, hablé por última vez a los trabajadores argentinos. Fue entonces cuando les recomendé que ajustasen sus organizaciones, porque venían días difíciles... No me equivoqué, ni en la apreciación de los días que venían, ni en la calidad de la organización sindical, que a través de veinte años... pese a esos estúpidos que gritan...
...Decía que a través de estos veintiún años, las organizaciones sindicales se han mantenido inconmovibles, y hoy resulta que algunos imberbes pretenden tener más mérito que los que durante veinte años lucharon.."

miércoles, 28 de mayo de 2008

Italo Argentino Luder


Gran dirigente en epocas duras para el Movimiento falleció el pasado domingo a los 91 años. En su despedida hubo pocos dirigentes del justicialismo. Los traidores ahora están en otra, son obsecuentes del gobierno neo-montonero, del gobierno de los que echó el General de la plaza.
Pero no todos olvidamos, desde el legado de sabiduría y prudencia que heredamos del compañero Lorenzo, nuestra agrupación no te olvida.


Biografía

Había nacido en Rafaela (Santa Fe), el 31 de diciembre de 1917. A los 21 años se recibió de abogado en la Universidad Nacional del Litoral, en la capital santafesina, y luego obtuvo el doctorado en Derecho y Ciencias Sociales.

Durante años ejerció la docencia en las universidades de La Plata, del Litoral y Católica de Argentina (UCA), de Buenos Aires. También escribió libros y ensayos sobre temas jurídicos y sociales, especialmente en el ámbito de la Criminología.

De todas maneras, fue en la política donde alcanzó mayor trascendencia.

Desde muy joven estuvo ligado al justicialismo. En 1949 fue convencional nacional por el PJ, en la Asamblea que reformó la Constitución para permitir la reelección del entonces presidente Juan Domingo Perón. Entre ese año y 1952 fue apoderado general del justicialismo y como funcionario fue director general de Establecimientos Penales de la provincia de Buenos Aires.

Luego del golpe de Estado que derrocó a Perón en 1955, fue abogado defensor del ex presidente en el proceso penal que le abrió el gobierno de facto.

El escenario grande. Fue en los años ’70 y ’80 cuando Luder alcanzó su mayor dimensión política. Siempre se lo reconoció como un dirigente moderado y responsable.

En 1973 fue elegido senador nacional por el justicialismo y luego fue designado presidente provisional del Senado. Entre el 13 de setiembre y el 17 de octubre de 1975 fue presidente provisional de la Nación en sustitución de la presidenta María Estela Martínez de Perón, quien estaba de licencia. En ese lapso, firmó los polémicos decretos que crearon el Consejo de Seguridad Interior y ordenaron a las Fuerzas Armadas a “aniquilar la subversión”, con lo cual se inició la represión de la guerrilla, que luego continuaría por medios ilegales durante la dictadura.

Con el regreso a la democracia, en 1983, fue candidato a presidente por el PJ. Obtuvo el 40 por ciento de los votos, pero fue derrotado por el radical Raúl Alfonsín. Quedó entonces como el primer peronista vencido en elecciones limpias. Con el tiempo, no sería el único.

De inmediato, Luder declinó el ofrecimiento de Alfonsín para presidir la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Aunque se alejó de los primeros planos, igualmente en los años ‘90 ocupó cargos bajo la administración justicialista de Carlos Menem: primero fue ministro de Defensa y luego embajador en París.

Estaba casado con Isolda Fabris, con quien tuvo dos hijos. En los últimos años sufrió mal de Alzheimer, por lo que estaba recluido en su vida privada.

jueves, 1 de mayo de 2008

Feliz día a los trabajadores

Día del Trabajador - Plaza de Mayo

1º de Mayo de 1951

Compañeros:

Hace ya muchos años, en Chicago, en un 1° de mayo como este, eran ahorcados por una justicia de clase enceguecida, un grupo de trabajadores que sólo reclamaban más pan para sus hijos y justicia para sus hermanos.

El justicialismo argentino rinde hoy homenaje a su recuerdo habiendo destruido aquí la explotación capitalista e instaurado la justicia social por la que ellos murieron.

En este jubiloso primero de mayo, saludo a todos los hombres y mujeres que con su trabajo honrado están construyendo la felicidad y la grandeza de esta patria.

Doy gracias a la Providencia porque los argentinos podamos mediante nuestro justicialismo, festejar en paz y en armonía el día de los trabajadores y hago votos porque esa paz y armonía llegue también, mediante la justicia, a todos los trabajadores del mundo y en especial, a aquellos que hoy sufren la explotación del dinero o del Estado y que recuerdan esta fiesta con los puños crispados por la impotencia frente a la injusticia y frente a la ignominia.

El justicialismo y el sindicalismo, he dicho esta mañana, han encontrado el camino de sus finalidades comunes en la República argentina, y trabajando estrechamente unidos van siendo ya el índice de su felicidad y de su grandeza.

Han pasado cinco años de nuestro gobierno y como el primer día el gobierno y los trabajadores se encuentran estrechamente unidos y solidarios. Ello se debe solamente ha que el Gobierno justicialista ha hecho, hace y hará siempre, únicamente lo que el pueblo quiera y defenderá un solo interés: el del pueblo. El gobierno justicialista ha fijado también como doctrina en lo internacional esta premisa: ninguna decisión de la política internacional que implique una acción de guerra fuera de nuestro territorio, será tomada sin una previa consulta al pueblo. Sabemos que cuando se toman estas decisiones en defensa del pueblo hay que enfrentar la injusta lucha de los intereses. El imperialismo capitalista la ha desatado ya, mediante su periodismo internacional en nombre de una libertad que no practica. La libertad, para que sea libertad, ha de ser la que el pueblo quiera, y no la que pretenden imponernos desde afuera.

La lucha por la libertad, para nosotros, es la que nos conduce a la justicia social, a la independencia económica y a la soberanía política. Los argentinos tenemos nuestro régimen de libertad constitucional; pero que sería de él en la injusticia social, en la esclavitud económica o en el vasallaje político. Todo eso nos conduciría la libertad tan conocida por los trabajadores argentinos: la libertad de morirse de hambre.

Por eso, el cuento de la libertad es demasiado conocido para que nosotros podamos caer en él. No difiere mucho del cuento del billete premiado o del de la máquina de hacer dinero. Por eso, también hoy, primero de mayo, quiero anunciarles que el diario "La Prensa", expropiado por disposición del Congreso Nacional, será entregado a los trabajadores en la forma que ellos indiquen.

Este diario, que explotó durante tantos años a sus trabajadores y a los pobres, que fue instrumento refinado al servicio de toda explotación nacional e internacional, que representó la más cruda traición a la patria, deberá purgar sus culpas sirviendo al pueblo trabajador para defender sus reivindicaciones y defender sus derechos soberanos.

Todo esto, por decisión soberana y libre del pueblo argentino, en favor y defensa de la libertad que él quiere de acuerdo con las leyes y la constitución que él libremente se ha dado y mantiene, sin pensar que a los demás pueda o no gustarles el gesto libre y la actitud soberana.

Una vez más saludo a la CGT, y la felicito, y a todos los sindicatos argentinos. Este año 1950 de la organización sindical está sembrando el país de instituciones obreras de bien público que trabajan por la defensa del poder adquisitivo de sus salarios, de la salud física y moral de los obreros por la elevación cultural y social del pueblo argentino. Esas instituciones, ya beneméritas en el justicialismo, serán los pilares inconmovibles del futuro argentino, donde se afirme la producción, la riqueza, el bienestar y la grandeza de la patria.

Nada podrán los políticos profesionales desplazados ni sus agitadores a sueldo en los sindicatos argentinos. Son cartas demasiadas conocidas porque los trabajadores argentinos conocen bien como procedieron ellos cuando desquiciaron el país y lo sumieron en la explotación y en la vergüenza. Sus campañas de engaños y de rumores caerán en el ridículo y en desprecio de los obreros argentinos, que conocen los ignorantes, incapaces y venales que son, por haberlos sufrido tantos años.

Entre tanto, recordemos que la defensa del justicialismo es el nervio motor de nuestra lucha: en lo exterior contra el imperialismo y la reacción, y en lo interno contra la traición político - oligarca. Cada buen argentino debe sentirse depositario y guardián de nuestra justicia social, independencia económica y soberanía política, y estar pronto a morir en su defensa. Por eso es menester estar listo como en tiempo de lucha, con los comandos ágiles y los hombres de pie, porque el imperialismo capitalista no descansa en su tarea de comprar conciencias y pagar voluntades.

Las fuerzas de la seguridad nacional deberán vivir vigilantes sobre cada hombre para asegurar el cumplimiento de los mandatos de la Constitución Justicialista. El pueblo hará de cada uno de sus hombres un soldado consiente y decidido. El gobierno defenderá al justicialismo con todas las fuerzas de la Nación contra los enemigos de afuera o de adentro.

Compañeros: que sea este primero de mayo síntesis de la lucha contra la explotación en el mundo, el día de la decisión argentina para luchar por el justicialismo reparador de injusticias. Que nuestro bienestar y felicidad presentes sean un anticipo promisor de todos los hermanos trabajadores que en el mundo luchan contra la tiranía del Estado o del dinero. Que nuestra bandera justicialista acaudillan a millones de liberados de la miseria y del dolor, marcho en brazos del pueblo argentino para ejemplo de un mundo injusto donde gimen bajo el látigo de la explotación millones de seres de una humanidad entristecida y decadente que lucha por su liberación.

No deseo terminar estas palabras sin agradecer a los trabajadores de todo el país su esfuerzo generoso, que ha permitido realizar a nuestra patria su ambicioso plan. Agradezco también a esos bravos muchachos obreros, que en un alarde justicialista están realizando el campeonato mundial de la producción. Eso es posible en la nueva Argentina Justicialista, donde todos trabajamos para todos y para la Patria y no para el capitalismo internacional.

Finalmente, agradezco, como argentino y como trabajador, su unidad y su lealtad inconmovibles. Hoy podemos decir que los trabajadores argentinos estamos organizados, unidos y listos para luchar por nuestros derechos y nuestra dignidad y, para terminar que llegue a todos los trabajadores argentinos un gran abrazo, con el que los saludo y los estrecho muy fuerte sobre mi corazón."

miércoles, 2 de abril de 2008

Viva Perón carajo !!!!!!!!!

A la violencia hemos de contestar con una violencia
mayor (…) Con nuestra tolerancia exagerada, nos hemos
ganado el derecho a reprimirlos violentamente. Y desde ya establecemos como una conducta permanente para nuestro
movimiento: aquel que en cualquier lugar intente alterar el
orden en contra de las autoridades constituidas, o en contra de
la ley o de la Constitución, puede ser muerto por cualquier
argentino (…)
“Esta conducta que ha de seguir todo peronista no va
dirigida solamente contra los que ejecuten actos de violencia,
sino también contra los que conspiren e inciten.
“(…) La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro
de una organización, es contestar a una acción violenta con
otra más violenta. Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos (…) Veremos si con esta demostración nuestros adversarios y nuestros enemigos comprenden: si nolo hacen, ¡pobres de ellos!.”
(…) Que sepan que hemos de defender los derechos y las conquistas del pueblo argentino, aunque tengamos que terminar con todos ellos (…) o luchamos y vencemos para alcanzar nuestras conquistas alcanzadas o la oligarquía las va a destrozar al final.


Juan Domingo Perón 31/8/1955

jueves, 27 de marzo de 2008

Fuera gorilas de la plaza

La plaza es nuestra


jueves, 6 de marzo de 2008

Saúl Ubaldini

Es famoso el contrapunto que sostuvo con Alfonsín, quien dijo aludiendo a él que "el país no está para mantequitas y llorones", a lo que Ubaldini respondió ante una Plaza de Mayo colmada de obreros que "llorar es un sentimiento, pero mentir es un pecado".

Saúl Ubaldini nació en el barrio porteño de Mataderos, hijo de un obrero de la carne, trabajó en los frigoríficos Lisandro de la Torre y Wilson, donde inició su carrera gremial como delegado. En 1969 ingresó a trabajar en una pequeña fábrica de levadura de la ciudad de Buenos Aires –del sindicato de cerveceros-, y siete años después fue elegido Secretario General de la Federación de Cerveceros, que por esa época apenas superaba los 6.000 afiliados.
Durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, Ubaldini fue parte del proceso que llevó a la unidad de varias corrientes gremiales contra la dictadura y los dirigentes sindicales colaboracionistas. Participó de la Comisión de los 25 (sindicatos de perfil combativo) que convocaría al primer paro general contra la dictadura. Este proceso derivaría en la fundación de la CGT Brasil, en noviembre de 1980, de la que fue su Secretario General, apadrinado por la Comisión de los 25, las 62 Organizaciones Peronistas y Lorenzo Miguel.
Desde la CGT Brasil, Ubaldini convoca el 7 de noviembre de 1981 una manifestación por las calles de Liniers, que culminó con un acto de más de 10.000 personas frente a la Iglesia de San Cayetano, siendo esta la primera manifestación masiva en contra de la dictadura. El 30 de marzo de 1982 protagoniza la manifestación a Plaza de Mayo, duramente reprimida.
Al retirarse la dictadura, y asumir el gobierno el radical Raúl Alfonsín, Ubaldini se referenció como uno de los principales opositores. Se opuso al intento de reforma laboral a través de la Ley Mucci, convocando a una masiva movilización a la Plaza del Congreso, en febrero de 1984. El fracaso del gobierno al intentar imponer esta Ley fortaleció la dirigencia de Ubaldini, quien al realizarse el Congreso Normalizador de la CGT y reunificarse la Central, fue elegido Secretario General en el año 1986, posición desde la cual convocó a 13 paros generales contra el gobierno alfonsinista.
En el año 1990, Ubaldini fue desplazado de la Secretaría General de la CGT por sectores afines al menemismo.
En 1993 se presentó como candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, siendo derrotado por Eduardo Duhalde. Posteriormente, sería electo dos veces como diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires, por el Partido Justicialista, en 1997 y en 2001.
Murió de cáncer de pulmón originado por su adicción al tabaco. Sus restos fueron velados en el Congreso de la Nación